REPARACIÓN ENDOVASCULAR CON TECNOLOGÍA T-BRANCH

Monte Grande, 4 de noviembre de 2025 – El HBEE incorporó un procedimiento de vanguardia que permite tratar aneurismas toracoabdominales sin recurrir a la cirugía abierta. La nueva técnica, mínimamente invasiva, amplía las posibilidades terapéuticas, reduce los tiempos de internación y acelera la recuperación de los pacientes.

La historia del Hospital de Alta Complejidad del Bicentenario Esteban Echeverría (HBEE) está marcada por la incorporación constante de procedimientos complejos, tecnologías innovadoras y una atención de calidad orientada al bienestar de la comunidad. En esta ocasión, la institución alcanzó un nuevo hito en el tratamiento de patologías aórticas: por primera vez, se realizó una reparación endovascular de aneurisma toracoabdominal (TAAA) con la tecnología t-Branch, un dispositivo de última generación que posibilita intervenir la aorta desde el interior del cuerpo. La concreción de este procedimiento posiciona al Hospital dentro de un selecto grupo de los centros más conspicuos y de mayor complejidad del país en esta especialidad.

Para dimensionar la magnitud del avance, es necesario comprender el contexto anatómico y médico en el que se trabajó. La aorta es la arteria principal que transporta la sangre desde el corazón hacia todo el organismo. Cuando sus paredes se debilitan y se expanden, puede formarse un aneurisma, una suerte de “globo” que aumenta de tamaño y pone en riesgo la vida. Si esta dilatación se extiende desde el tórax hasta el abdomen -donde nacen las arterias que irrigan los riñones, el hígado y los intestinos- se denomina aneurisma toracoabdominal. Su eventual ruptura provoca una hemorragia interna de consecuencias habitualmente fatales.

Hasta hace algunos años, la única alternativa era la cirugía abierta, que requería una extensa incisión desde el tórax hasta el abdomen, interrumpir el flujo sanguíneo hacia los órganos vitales y reemplazar manualmente el segmento afectado de la aorta. Era una intervención prolongada, de alto riesgo y recuperación lenta, que muchos pacientes -por edad o condiciones previas- no podían afrontar.

El desarrollo de las técnicas endovasculares cambió radicalmente ese paradigma. Hoy es posible reparar la aorta desde dentro del cuerpo mediante el implante de una endoprótesis. En este contexto, la tecnología t-Branch marca un paso crucial. Se trata de un dispositivo de precisión, diseñado para tratar aneurismas que comprometen las ramas viscerales de la aorta. Su estructura incluye cuatro portales preformados que permiten conectar la prótesis principal con las arterias que irrigan el hígado, los riñones y el intestino.

Durante el procedimiento, el equipo médico introduce esta herramienta a través de una pequeña incisión y la despliega dentro de la aorta guiado por imágenes en tiempo real. Una vez colocada, se alinean cuidadosamente las ramas del dispositivo con el tronco celíaco, la arteria mesentérica superior y ambas arterias renales. El resultado es la exclusión completa del aneurisma, restaurando el flujo normal de sangre hacia los órganos vitales y eliminando el riesgo de ruptura.

La reparación endovascular con t-Branch representa un salto cualitativo que modifica el pronóstico de los pacientes. Permite abandonar una intervención de altísimo riesgo en favor de una técnica menos invasiva, con menor mortalidad, menor agresión quirúrgica y un retorno más rápido a la vida cotidiana. El impacto es inmediato: se reduce el tiempo de internación, se minimizan las complicaciones y se amplía el universo de personas que pueden acceder a un tratamiento antes impensado. Aquellos pacientes que antes eran considerados “inoperables” -por edad avanzada o enfermedades concomitantes- hoy tienen una opción terapéutica efectiva y segura.

La concreción de este procedimiento requirió una coordinación interdisciplinaria de alto nivel. En el HBEE participaron los servicios de Cirugía Vascular, Cardiología Intervencionista, Anestesiología, Unidad de Terapia Intensiva y el equipo técnico e instrumentador quirúrgico, junto con el soporte diagnóstico y logístico indispensable. Cada especialidad aportó una pieza clave: desde la planificación del caso y la guía de imágenes en tiempo real, hasta el seguimiento posoperatorio. La precisión del trabajo conjunto fue determinante para el éxito de la intervención, y los artífices de la hazaña fueron: Dr. Pablo Olmedo, Dr. Pablo Luna, Dra. Soledad Roldán, Dr. Adrián Rossini, Dr. Carlos Loria y Dr. Mariano Ferreyra.

La planificación previa también demandó un abordaje meticuloso: estudios de imagen tridimensional, evaluaciones clínicas multidisciplinarias y una coordinación precisa para garantizar la disponibilidad de los materiales específicos, altamente personalizados. Esta organización refleja no solo el nivel técnico del hospital, sino también la eficacia de su gestión para concretar procedimientos de esta complejidad.

Implementar un programa de t-Branch implica infraestructura tecnológica avanzada, profesionales capacitados y una gestión institucional orientada a la innovación y la formación continua. Este tipo de intervenciones consolida al HBEE como un referente regional en cirugía endovascular compleja y demuestra la capacidad de su equipo para asumir los desafíos más exigentes de la medicina contemporánea. Cada vez que un centro logra ejecutar un procedimiento de tal sofisticación, se expande el acceso a la salud de calidad y se fortalece la red sanitaria.

El HBEE cruza el rubicón y se afianza en el tratamiento de la patología aórtica compleja. No se trata únicamente de un logro técnico, sino de una muestra del potencial de la labor coordinada, la capacitación permanente y la apuesta sostenida por la innovación aplicada a la salud pública. Cada nueva tecnología incorporada reafirma el norte de la institución: brindar atención de alta complejidad con excelencia profesional, gestión eficiente y un profundo vínculo con la humanización, garantizando que más personas accedan a tratamientos de vanguardia sin alejarse de su comunidad.

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